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Todo lo que necesitas saber sobre la fotografía de interior en salones:

La vida, en su mayor parte, se compone de esperas. ¿Por qué no aguardar entonces en el salón más bonito que pueda imaginarse? En fotografías de interiores para inmobiliarias, hoteles, reportajes de revistas, blogs y cuentas de Instagram que dan cuenta de vidas cotidianas, los salones son la pieza fundamental y el corazón de la casa. La fotografía de interior en salones es quizá la herramienta clave para mostrar tu casa, porque el salón sirve para todo:  es escenario de reuniones, relajación, estudio y trabajo etc.


Aunque los jardines, fachadas y exteriores frondosos y cuidados se llevan el protagonismo de las viviendas, y deben ocupar un puesto primordial en un trabajo fotográfico. En los interiores nada respiraría igual de bien sin un salón que conecte con todos los espacios. El salón recoge la esencia familiar, la definición de estilo de la casa, las pistas acerca de cómo se reparte el resto de las habitaciones.

Si las imágenes de jardín son para soñar y las fotografías de baño sirven para recrearse en los detalles y la impresión de lujo, el salón debe inspirar asombro y una sensación acogedora inmediata, ya sea como sencilla cabaña rústica o ambiente palaciego.

¿Cuáles son los elementos esenciales  en un salón?  El sofá, el sillón, la estantería, la mesita de café. Aquí desglosamos otros cuatro elementos imprescindibles  para lucirte como un fotógrafo profesional:  la iluminación, la configuración de la cámara, el escenario y la composición fotográfica.


Claves para conseguir la mejor luz en salones

Mientras que en otras partes de la casa, como los baños, lo recomendable es  la iluminación artificial integrada o mediante focos. En los salones tienes la suerte (o la dificultad) de que los ventanales son una parte importante y es más recomendable contar sólo con luz natural.


Orientación de la casa y fotografía de interiores 

Cada casa tiene su momento de iluminación perfecta. Según su orientación, pero también variable por el movimiento del sol y la época del año. Visita el lugar varias veces y a horas distintas, tomando fotografías de baja resolución de muestra, a fin de comparar y descubrir el momento mágico de ese salón.

Por norma general, el sentido común dicta que los salones orientados al Este reciben mejor iluminación por las mañanas, al Oeste por las tardes, y al Norte y al Sur en cualquier momento del día, siempre y cuando no esté nublado. Esto proporciona una luz muy suave que vuelve más acogedoras y favorecedoras las imágenes del salón. Aunque en los días grisáceos puede transmitir una sensación nocturna. Procura que haya luz de exterior suficiente, pero evita que las fotografías se centren en las zonas del salón con luz solar directa, que pueden incluir puntos quemados, e ilumina con algún foco adicional las áreas oscuras, sobre todo en esquinas de muebles. Puedes llevar un flash portátil para iluminar rincones y evitarte mover lámparas constantemente. Además, las lámparas encendidas añaden puntos que distraen la atención y queman el área.


Equilibrio entre la luz interior y exterior

La  clave se encuentra en que la luz de interior y exterior armonicen perfectamente, para lo que suele ser ideal el momento del atardecer y del amanecer. Emplea esta luz escasa para recrear espacios mas íntimos. La luz solar intensa se puede falsear mediante focos y edición posterior, pero es mucho más costoso y complejo.


En cuanto a las ventanas, manténlas fuera de marco si aportan demasiada luz y contraste con el interior. Corre las cortinas o coloca sábanas blancas para difuminar: incluye los ventanales únicamente si ofrecen una vista que añada espectacularidad al salón. En este caso, lo más fácil es añadir flashes en el salón. También puedes combinar tomas con exposición de interior y exposición sobre las ventanas, y mezclarlas con máscaras de Photoshop.

Recuerda que las paredes blancas pueden ser reflectantes naturales, idóneas para destacar muebles, rincones u objetos decorativos. ¿Salones con  espacios problemáticos? Intenta evitar la tiranía del “cuanto más, mejor”, y busca un esquema de luz apropiado. Por ejemplo, si el salón es largo y profundo, con ventanas al fondo, limítate a mostrar sólo dos paredes para no dar sensación de túnel, y usa la tercera pared para colocar un refuerzo de iluminación artificial.


Configuración de la cámara fotográfica

Los objetivos de cámara  más recomendados se sitúan en el rango entre f16 y f22, ya que más allá puede provocar distorsiones de perspectiva. La mejor estrategia consiste en combinar distintas profundidades de campo y aperturas, con tomas donde se incluya lo máximo posible, para aportar la idea general del salón, y otras que destaquen un elemento y desenfoquen el resto. Tampoco abuses de estas imágenes de detalles, porque da sensación de misterio y los salones deben percibirse como espacios amplios y ricos.


¿Qué ISO utilizar en fotografía de interior?

Puedes hacer una primera ronda de fotografías del salón que no vayan a usarse como definitivas, probando diferentes sensibilidades ISO, a fin de encontrar lo que mejor funciona en tu espacio. Normalmente un ISO bajo es más fácil de manejar y ofrece resultados eficaces rápidos. Con velocidades de apertura muy lentas, incluso de 15 segundos, se puede conseguir máxima definición sin problema gracias al trípode, control remoto o temporizadores.

Recuerda preparar el balance de blancos automático y disparar en HDR y RAW para disponer de todos los detalles de imagen que después enriquezcan la fase de edición en Photoshop o Lightroom.


Salones sencillos y naturales

Según el propósito de tu sesión de fotos, tendrás libertad para alterar los elementos del salón a tu antojo o no. Hay quien aboga por la sencillez y quien no puede dejar de incorporar todas las últimas tendencias de diseño, pero en general se apuesta por la naturalidad. Por supuesto, lo natural es, a su vez, una compleja tarea de diseño y la mayor parte de los hogares reales no son así ningún día del año. Contratar a un diseñador o interiorista profesional no es imprescindible y se llevaría una parte importante del presupuesto. Mediante catálogos, revistas y fotografías de referencia puedes deducir qué estilo conviene al salón e imitarlo en lo posible.

Hay que incluir lo máximo posible sin saturar, evitando que se solapen elementos, sobre todo muebles grandes. El estilo puede ser muy riguroso, con todos los objetos decorativos estudiados, o más cercano, aportando una sensación de salón habitado, con elementos como un vaso con agua, tazas, mantas, una cesta de frutas, cartas o periódicos, flores… Si tienes permiso, cambia los muebles, cojines y decoraciones de sitio para conseguir un mejor efecto, ya que en muchas ocasiones lo que se ve bien en la cámara no es lo natural en la realidad.

Estas variaciones no conllevan engaño, siempre y cuando no se trate de retratar un salón de decoración fija, como en un hotel, o que pueda alterar la sensación de tamaño. No temas colocar muebles y lámparas en lugares raros o a distancias extrañas unos de otros, y descarta los elementos que suelen ser más antiestéticos, como pequeños electrodomésticos, salvo si tienen un diseño atractivo, como altavoces bluetooth. Si hay monitores de televisión u ordenador, puedes dejarlos apagados en negro (retocando después los reflejos), o encendidos con un fondo de pantalla que armonice con el salón.

Si tu objetivo es  resaltar el espacio, deja el salón deshabitado, como si estuviese a punto de recibir invitados. Si tienes que recrear su atmósfera habitable, entonces se pueden introducir mascotas o personas, captadas en medio de movimientos o tareas, y mejor sin mostrar el rostro, para dar una idea de vida cotidiana en el lugar.


Composición de la fotografía en interiores en salones

Seguramente tengas que combinar todas estas tareas al mismo tiempo, cambiando elementos de lugar a medida que pruebas ángulos nuevos. Pero, tanto si no puedes alterar ningún objeto del salón como si no quieres complicarte, mueve la cámara todo lo posible, sin dejar ni un ángulo ni su reverso sin probar.


Los ángulos amplios son los más demandados en salones, pues incluyen mucho espacio. Emplea objetivos gran angular si lo deseas, y colócate pegado a todas las esquinas. Prueba la técnica opuesta: en lugar de abrir la lente, un efecto de zoom in desde lo más lejos posible. También funcionan ángulos más cerrados y vistas cuadradas. En cualquier caso, sobre todo si es para venta en inmobiliaria, no hay que hacer parecer el salón mayor de lo que es. Ésta es una petición típica de los dueños de casas en venta o alquiler, pero falsear el espacio conllevará más decepciones que éxito. 


La altura de cámara más recomendable suele ubicarse por debajo de la cintura, o un poco por encima de la altura de las mesas del salón, para no distorsionar los muebles. Esto aporta una sensación de intimidad, pero prueba todos los ángulos que se te ocurran, incluso el cenital. Y ten siempre en cuenta el canal en el que se mostrarán las fotografías: si son para Instagram con formato cuadrado, para catálogo compaginando varios tamaños, horizontales para un blog o todas del mismo tamaño para una galería web.

En todos ellos, busca la simetría, lo que es agradable al ojo, y sigue las reglas de composición pictórica como la regla de los tercios. Ve de lo general a lo particular, y en las vistas de conjunto no olvides incluir siempre el suelo, ya que transmite sensación de solidez y ubicación al espectador. Aunque hay quien desecha esta idea, es mejor respetar en todo momento las verticales, empleando un objetivo descentrable y un nivel de burbuja: guíate por las líneas de paredes, dinteles, ventanas y armarios.


Antes de fotografiar

Ten en cuenta los tonos, formas, y elementos de fondo y primer plano. Busca armonías entre elementos similares y transiciones visuales naturales, como muebles de primer plano y fondo situados en la misma diagonal.

Mientras los ángulos son un campo de juego y cuya composición más adecuada depende de cada salón, existen algunos elementos que es mejor evitar en todos ellos, ya que requerirían esquemas de luz artificial o tareas de retoque posterior muy complejas y tediosas:

  • Sombras provocadas por objetos y lámparas que cuelguen del techo.
  • Reflejos en cristales de cómodas y armarios, espejos y metales de lámparas.
  • Objetos superfluos e indistinguibles.
  • Textiles desarreglados sobre sillones y sofás.
  • Alfombras torcidas.
  • Muebles descolocados que rompan la verticalidad.

Si evitas estos errores durante la sesión, la fase de edición tendrá objetivos más concretos y artísticos, ya que siempre será necesario retocar las sombras y brillos naturales, el contraste de los colores y el formato idóneo para la fotografía.

Ya sólo quedará mostrarlas a su público o clientes, para conseguir que deseen descubrir todo lo demás sobre esa casa o la vida que se desarrolla en ella.

Esperamos que este post en el que te ampliamos información sobre los cuatro elementos esenciales ( la iluminación, la configuración de la cámara, el escenario y la composición fotográfica)  a tener en cuenta para obtener fotografías de interior de  la calidad de un fotógrafo profesional te hayan servido.  Anímate y déjanos tus impresiones.