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28 febrero, 2013

Consejos interesantes para fotografiar comida

Durante varios años tuve la suerte  de presenciar muchas sesiones de fotos donde el fin era fotografiar comida. Era en el estudio de Cristina Cassinelli en Buenos Aires. Allí junto con Cristina y su insustituible asistente Javier Marchioni pasé grandes momentos profesionales y personales pues se trata de dos excelentes personas y magníficos profesionales. Uno no sabe ya que va primero, pero me quedo con el lado personal que es el cada vez más díficil de encontrar. En el Estudio Cassinelli se fotografían desde hace años las hamburguesas, ensaladas y helados de McDonalds para Latinoamérica y grandes marcas de Argentina. Le he preguntado a Cristina y Javi , y a un conocido fotógrafo apasionado por esta especialidad fotográfica que me digan cuáles son para ella los principales consejos a la hora de fotografiar comida y me los han susurrado por mail. Yo aporto mi punto de vista.
1. Pautas e instrucciones claras por parte del cliente. En lo obvio está lo importante. Invertir tiempo en asesorar al cliente que no está seguro de lo que quiere aunque trate de transmitirte que sí lo está.
2. Siempre que sea posible, trabajar junto con el Food stylist o ecónoma (acepción argentina) o estilista culinario (España). El cliente suele subestimar la necesidad de su participación condicionado por el presupuesto destinado a la producción. La preparación, cocción y confección, así como la apariencia que son «miradas» por la cámara poco tienen que ver con la preparación para la degustación. Es decir, que un buen cocinero no tiene porque ser un buen Food stylist. Ese límite entre ambos se vislumbra cuando una producción necesita de trucos y técnicas que sólo se consiguen con mucha experiencia.
3. Mi amigo Brian Yarvin, autor de varios libros sobre comida, aporta: «Lo que de verdad tiene importancia es el control de la luz y el respeto por la comida. El  Chef o estilista hace la comida, el fotógrafo hace la foto.»
4. Cada alimento pide un clima especial. Si se consigue dar con la luz y se consigue ese clima hemos conseguido mucho.
5. He visto a veces sets y bodegones donde se ilumina desde arriba y eso para mi es un grave error pues la luz proveniente de los lados es la que  dará relieve al alimento. Las texturas sólo adquieren vida si la luz llega de un lado, rasante. Las sombras se pronuncian y las texturas de los alimentos adquieren verdadero protagonismo.

Fotografiar comida es una disciplina apasionante de la fotografía de producto.

Cortesía de Estudio Cassinelli en Buenos Aires, Argentina. Tostada con huevos revueltos, queso crema y ciboulette.

6. La luz no debe provenir muy suavizada, sólo lo justo. De esta manera conseguiremos potenciar los colores y texturas de manera parecida a lo escrito en el punto anterior.
7. La luz natural, la que llega desde una ventana o cristalera da unos resultados excelentes. Siempre que puedas, inténtalo y descubrirás que puede ser un recurso fundamental. Se pierde el control pero se gana en naturalismo.
8. Practica el enfoque selectivo con cuidado. Al trabajar en distancias focales cortas verás que cuesta tenerlo todo enfocado. Aprovecha esa circunstancia para resaltar mediante el foco las areas protagonistas del plato.
9. Aprovecha que ves de cerca el motivo para ahorrarte tiempo de retoque en la post-producción. Revisa y valora todo lo que puedes limpiar y modifica todo lo indeseado
10. Este último consejo es el más difícil de transmitir. Tiene que ver con la magia de vivir la fotografía como un sentimiento más que una técnica. Sentir respeto y cariño por la comida y saber extraer lo mejor de su brillo, su textura, color y aspecto en un encuadre acertado. Es lo que debe sentir un chef antes de ver como desaparece su creación camino a la mesa, al comensal.