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5 abril, 2016

Las herramientas de retoque

Para realizar las correcciones de una fotografía, los profesionales del retoque hacemos uso de distintas técnicas que precisan de la utilización de múltiples herramientas. Por lo general, estas herramientas de retoque varían de nombre cuando se utiliza un software u otro, pero suelen mantener las mismas funciones.

En este post vamos a tomar como referencia los nombres designados por uno de los programas de edición más conocidos: Photoshop. Para explicar estas herramientas, vamos a diferenciarlas como herramientas de corrección y herramientas de selección.

Herramientas de corrección

Las herramientas de corrección son las que se utilizan para retocar directamente aspectos concretos de la fotografía. Las herramientas básicas de retoque son los pinceles y lápices. Los pinceles preestablecidos son similares a las brochas de cualquier software de dibujo básico. Dentro de su abanico de opciones, permiten seleccionar el tipo de acabado (más opaco o difuso) y el grosor. Si se quiere personalizar la herramienta, se puede elegir qué función agregarle, como por ejemplo fundir el color que vamos a utilizar con la base de la imagen.

Los lápices son la herramienta que se utiliza con más frecuencia para dibujar a mano alzada sobre una imagen. El acabado que se consigue sobre la imagen es mucho menos discreto, ya que no existe la posibilidad de difuminar el trazo, cuyo resultado es más duro.

 

Como ya sabemos, la técnica del clonado es una de las más utilizadas en retoque digital. Para ponerla en práctica contamos con el tampón de clonar, la tirita y con la herramienta parche. Clonar con el tampón permite copiar determinados motivos o partes de una imagen en otro lugar de la fotografía. El parche y la tirita, por su parte, toman una muestra de una zona y la aplica en otra diferente. Este muestreo tiene en cuenta la textura, el brillo, el color… para ofrecer una réplica idéntica a la original.

Con la herramienta parche hay que tener especial cuidado de que en el resultado final no sea evidente que hemos realizado una copia repetida de un mismo patrón. Por ejemplo, en una prenda estampada, hay que prestar mucha atención a los detalles para que la propia prenda no pierda naturalidad en la fotografía final.

 

En cuanto a las correcciones a mano alzada –por expresarlo de una forma gráfica-, las herramientas más frecuentes son el pincel corrector y el pincel corrector puntual. La diferencia fundamental entre ambos es la muestra que toman como referencia. El pincel corrector de Photoshop toma una muestra de la zona que elegimos y después la aplica sobre el área que le indiquemos. El propio sistema compara el brillo, la luz, la textura y el contraste para que el clonado sea lo más parecido posible en el área de destino. El pincel corrector puntual, sin embargo, no necesita de ninguna selección de muestra previa, sino que corrige al instante utilizando los píxeles cercanos a la zona en la que vamos a realizar el retoque. Ambas herramientas se utilizan para corregir imperfecciones localizadas, como arrugas, manchas, lunares, rojeces, etc.

 

A la hora de hacer correcciones también se puede trabajar con filtros. El más conocido, sin duda, es el filtro de licuado. Cuando hablamos de licuar una imagen, nos referimos a la modificación de las formas de alguno de sus elementos. El filtro de licuado permite arrastrar o expandir las zonas sobre las que lo aplicamos, y es el que más se utiliza para afinar contornos en fotografía de moda, por ejemplo.

 

Por último, la herramienta de corrección de bordes también es muy importante cuando retocamos fotografías para eCommerce. Este instrumento permite tanto suavizar los bordes como resaltarlos o, incluso, desenfocarlos.

Herramientas de selección

Todas las técnicas de retoque necesitan que se haya seleccionado como mínimo una muestra o una zona de destino donde aplicarlas. Puede parecer un aspecto un tanto obvio, pero es clave tenerlo en cuenta para que las modificaciones que hagamos sólo se produzcan en el área deseada.