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7 octubre, 2015

El retoque en lencería, un asunto delicado

El retoque en fotos de moda se hace siempre con esmero, prestando especial atención al estado de la ropa, el fondo de la imagen o la piel del modelo. Pero, si hablamos de lencería, el retoque es aún más delicado. Y no solo por los encajes, blondas o puntillas, sino porque su exhibición deja a la vista gran parte del cuerpo de las modelos, aunque esté parcialmente cubierto por ropa interior y medias, especialmente cuando se muestran tejidos con transparencias. Hay que cuidar, y retocar, con mimo tanto la lencería como la piel que queda a la vista para que las imágenes queden perfectas.
Como ocurre siempre, cualquier pequeño inconveniente que se pueda arreglar durante la propia toma evitará trabajo al retocador, como ya vimos en el post Dónde acaba la labor del fotógrafo y dónde empieza la del retocador. Pero, cuando no ha sido posible evitarlo y quedan a la vista pequeñas imperfecciones, llega el momento de retocar esas imágenes.
Retoques a la modelo
Si la modelo tiene un tatuaje, es posible que haya que quitarlo –dependerá de la firma o el tipo de clientas a las que va destinada la lencería-. Si lleva un conjunto con transparencias será más difícil quitarlo, ya que alguna parte del tatuaje puede mezclarse y confundirse con el encaje. ¿Y qué otras cosas hay que retocar? Cualquier pliegue de piel que sobresalga por encima de la prenda se tiene que intentar evitar o encoger. También las sombras que se forman junto a las costillas, la posible celulitis, los músculos demasiado marcados, los brillos de sudor…
Una fotografía de lencería queda más bonita si no hay ningún detalle del cuerpo de la modelo que haga que te fijes en el, si nada te despista de la prenda que estás mirando. Estas son algunos de los detalles que necesitan ser retocados:
Distintas tonalidades de piel. Hay que asegurarse de que no haya distintos tonos de piel. Por ejemplo, las manos de las modelos suelen enrojecerse después de llevar muchas horas de pie, así que hay que nivelar el color de las manos con el del resto de la piel. Lo habitual es que las modelos estén morenas, o que tengan al menos un tono dorado en la piel. Si hay marcas de bikini, también hay que igualar el tono para que todo el cuerpo quede homogéneo.
Vello e imperfecciones de la piel. Si el vello es muy fino, se puede dejar, pero si destaca en exceso y llama la atención a primera vista, se quita, tanto en la cara como en el resto del cuerpo.

retoque de lenceria

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Pliegues bajo las axilas. Si se forman dos pliegues –algo habitual por la posición de la modelo- normalmente se quita uno de ellos con PhotoShop. Se deja el que termina dando un aspecto más natural a la fotografía.
Arrugas y estrías. Normalmente se quitan. La tonalidad de la piel debe ser lo más homogénea posible, por lo que se eliminan las arrugas y cualquier imperfección, como estrías, manchas o rojeces que podrían desvíar la mirada hacia ellas y alejarla de la propia prenda que se quiere mostrar.
Retoques en las prendas
Si hablamos ya de la prenda en sí, estos son los principales aspectos que pueden motivar la necesidad de retocar una foto:
Hilos sueltos. La prenda no puede tener hilos sueltos, y en lencería un hilito, por pequeño que sea, puede sobresalir y afear el aspecto de la prenda. Por eso hay que eliminar esos hilos sueltos.
Prendas ajustadas. No todas las prendas encajan a la perfección con el cuerpo de la modelo. Y en lencería suele ocurrir que una prenda le quede algo pequeña, que se note que le aprieta un tirante o una goma y se forme un pequeño abultamiento de la piel en esa zona. Para corregirlo se suele licuar la imagen con PhotoShop, para darle un aspecto más natural.
Evitar ondulaciones. Uno de los requerimientos de retoque en lencería se refiere a la posición de las prendas: tanto el sujetador como la braguita deben quedar lo más rectos posible, sin curvas en la goma de la cintura, el contorno del pecho o los tirantes. Y a veces hay fotos en las que las prendas crean extrañas formas, con gomas de la cintura que suben o bajan de forma inesperada. No se trata de que la prenda quede completamente recta en horizontal o vertical, sino de que no haya ondulaciones, ya que eso haría centrar la vista del usuario en ese detalle y no le dejaría ver la prenda en su conjunto.
Bordes limpios. Si hay, por ejemplo, un lazo que sobresale y crea un efecto extraño, o se ve parte de la mano de la modelo apoyada sobre la pierna y sobresaliendo de forma extraña, se pueden eliminar para conseguir bordes limpios de la prenda y de la piel de la modelo.
Tanga de seguridad. El tanga, normalmente de color carne, que utilizan las modelos para que no se vean sus partes íntimas cuando lucen transparencias y para evitar el contacto con las prendas que se prueban, es un elemento que hay que hacer ‘desaparecer’ con retoque fotográfico, para que quien vea después esa foto no advierta que allí había un tanga debajo –para ello se genera una capa nueva con PhotoShop, y se toma una muestra del color de la piel de la modelo para igualar con ese tono y que el tanga ‘desaparezca’-. A veces, el tanga de seguridad es blanco o negro, lo que dificulta aún más las labores de retoque.
Puntillas y transparencias. Por su especial tejido y textura, requieren un especial cuidado en el retoque. El tramado es complejo, y muchas veces no se pueden ni clonar ni licuar como se hace con otros tejidos. Además, si hay cambios de luminosidad, al clonar una parte de otro sitio de la foto termina dando una sensación de irrealidad. “Lo importante cuando vas a clonar es el origen. Si tienes un buen origen de clonación, puedes conseguir unos buenos resultados; si no lo tienes, puedes pasarte un día entero para clonar un encaje, se necesita mucha paciencia ya que hay que reproducir muchos detalles diferentes”, explica Javier, uno de los expertos retocadores de ProRetoque.
Tirantes y reguladores. Los dobles tirantes se eliminan con retoque, para evitar que el ojo se fije más en ese detalle que en la prenda en sí. Y los reguladores de longitud deben estar siempre nivelados. Si el derecho está a la mitad de la espalda, el izquierdo debe estar a la misma altura.
Medias. Hay que licuar para homogeneizar la textura de las medias, que no haya curvas raras en la parte alta, junto a la goma o el encaje superior, ni pequeños enganchones en el tejido.