Vender ropa usada a través de Instagram en un par de días

Mi hija de 17 años decidió sacarse unos euros que necesitaba para comprarse unas zapatillas Nike AirMax que le gustaban. Y decidió vender ropa usada a través de Instagram.
La experiencia de e-commerce empezó de la siguiente manera: seleccionó las prendas, las fue fotografiando a la luz de la ventana y de casi todas hizo dos tomas, una general y un detalle particular que intuía vendería mejor la prenda. Cuando tuvo todas las fotos creo una cuenta aparte de la suya propia en Instagram pues no le gusta Wallapop porque regatean mucho y la llamó con su nombre seguido de _ropa. Le puso un precio bastante bajo pues es ropa usada ya sin valor emocional y la intención de venderlo rápido influyó, todo hay que decirlo.
El hecho de que yo me dedique con ProRetoque a mejorar las fotos de producto para e-commerce hizo que me fuera interesando por todo el proceso de producción. Vi las fotos y aunque no eran ni buenas ni profesionales les di el aprobado pues eran lo suficientemente llamativas como para no tener que ponerles fondo blanco ni necesitaban ningún tipo de corrección de color dado que el iPhone tiene una cámara de calidad incorporada. Las descripciones de producto eran breves seguidas del precio.
Una vez tuvo todo subido y revisado fue siguiendo a todas sus amigas que eran unas cincuenta.
A los dos días había vendido el 80% a amigas del colegio u otras más y tenía en sus bolsillos 133 euros. Más de lo que necesitaba para comprar las zapatillas. Salió de casa y paseando fue a varios comercios hasta que encontró unas parecidas pues prefirió la inmediatez a esperar un par de días que es lo que hubiera supuesto encargarlas online. Además, a pesar de su edad prefiere ir de tiendas que comprar online.
Invito a todos los expertos de e-commerce que conozco a que traduzcan en índices y definiciones la simpática experiencia que he contado.